Me comentaba una amiga que en un curso de uno de los ejercicios consistía en taparse los ojos, el monitor los conducía hacia un "hipotético" precipicio y tenían que saltar. Me comentaba ella, persona que yo tengo como confianda, que el miedo la paralizaba. Luego tras saltar comprobaban que no era tan alto, y lo que es mejor... al abrir los ojos veían que era infinitamente bajo. De eso se trataba de confiar, de creer que si el otro te dice que no corres peligro le creas a ciegas.
Es curioso cómo cada ser humano afronta los miedos de maneras tan distinas. A mi la que me da miedo son las emociones no los precipicios, siempre que hago un ejercicio similar en clases de teatro, de cambio, etc, pues mis profesores destacan que me dejo llevar, que corro y salto a ciegas, me haga lo que haga mi acompañante en el ejercicio. A mi me extraña la observación...y siempre respondo que es normal ¿no? mi compañero me va a cuidar como yo lo hice o haré más tarde. Pero otra cosa es confiar en lo intangible, en el futuro, en los sentimientos. Ahi me arrugo. Pero no es algo que solo me pase a mi, he visto en mi entorno los dos tipos muy evidentes. Los que como mi amiga confian en su corazón pero necesitan ver con la razón. Y los que confiamos con la razón y necesitamos reafirmación con el corazón.
Pero en este caso, ¿que ojo deberiamos abrir para comprobar que la vida nos depara lo mejor? ¿cuales son los ojos para la confianza?....
pues los ojos de los amigos
Para mi amiga
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