domingo, 6 de febrero de 2011

Mono de avión


Tenía que preparar un texto para clase de teatro y me puse manos a la obra enfrente de la librería de la habitación buscando inspiración y me encontré con un par de hallazgos. El primero fué que al revisar los libros lomo a lomo, vi que tengo mucha literatura americana y recordé con nostalgia mis lecturas de Capote, aquella semana en que leí "La noche del cazador" y estuve fascinada por la imagen de Mitchum que recreaba en mi mente. Pero lo que además vi con nostalgia fue desfilar delante de mi los cientos de viajes que hice los últimos años. Yo leia mucho en el avión y usaba la tarjeta de embarque para recordar la página y ahí me encontré cientos de MAD- LHR, no niego que alguna lágrima de nostalgia brotó de mis ojos. Se me agolparon imágenes de paseos por la Tate, café con Ignasi en Harvey Nichols, té con Heloise en el Ritz, las cenas de trabajo en lujosos restaurantes étnicos, aquella cena de navidad en el Botánico con toda la plan mayor ataviada con el traje típico escocés.. pero no sólo el glamour me asaltó, recordé los bocatas en el parque, los mercadillos con mi primo, el olor de la moqueta de LHR, las horas de demora trabajando para no perder el ritmo.

¿Cómo es posible que hoy con este olor a primavera que apunta, en unos días únicos y fascinantes que vivo sienta ese dolor, esa nostalgia por el queroxeno?. Quizás no sea por el avión, el glamour o la sensación de poder. Quizás sea porque cada viaje me llevó durante sus vuelos al mundo fascinante de los otros.

viernes, 21 de enero de 2011

Hay días en los que es mejor...

Hay días en los que es mejor no levantarse, otros en los que irse antes a la cama, y otros en que uno no sabe que ha pasado a lo largo de él para que la confusión se haya apoderado de ti y te debatas entre parar o arrancar de nuevo. Todos pasamos por crisis y momentos en que la vida nos envía pruebas. Pruebas que a veces son sencillas; pero que nos hacen sentir cómo si el resultado nos fuese a marcar un antes o un después y esas son fastidiadas. Para aquellas personas como a mi nos gusta la acción, controlar los esfuerzos y los resultados, a veces resulta dificil dejarse llevar por estas pruebas y soltar.

Ayer me encontraba en esa texitura tras encontrarme con un par de amigos y hablar, como no, de la crisis y de la falta de trabajo. Llegué a casa pensando, qué estaba haciendo mal, qué no estaba haciendo, qué no estaba entendiendo de todo lo que pasaba y me hundí como el Titanic. No podía más, no conseguía levantar el PIB, que los precios del crudo bajasen, que los ciudadanos consumiesen más... era demasiado para mi ayer. Mis poderes eran pocos para ayudar a remontar la economía mundial de manera que se me devolviese lo que creía que me pertenecía por derecho. Tengo que confesar que no soy religiosa, pero ayer pensé en ese Dios omnipotente que quizás allí arriba observase a esta pobre "fracasada" y enviase una señal a tierra, a mi casa.

Recordaba entre lágrimas una película de esas tontas pero que en el fondo tienen mensaje, "Solo los tontos se enamoran" con Salma Hayek y Mathew Perry en la que se contraponen dos caracteres; la soñadora que cree en el destino y el controlador que piensa que el puede controlarlo ... y encendí la tele. Y "eureka" me encontré con otra película no menos simple pero cuyo título me iluminó, "Imagine" con Eddie Murphy. La película era increible en factura, pero el mensaje era otra vez el mismo. La mente no pueden resolver los problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos (Einstein dixit). Hace falta imaginación, hace falta pensamiento "out of the box" como les gusta a los gurús de pensamiento lateral como Edward De Bono. Me cuesta salirme del patrón científico de ensayo y error, de planificación, ejecución y resultado. Pero la verdad es que no me está funcionando ultimamente en ninguna parcela. No ya que no encuentre trabajo aunque lo intente y mira que tengo una agenda que hasta Obama me envidiaría; si no que además me precipito en otras parcelas y la "pifio". Y es porque o no veo las señales o si las veo me abalanzo sobre ellas y no doy tiempo de reposo.

Por eso hoy he tomado la seria determinación de la "no acción", me siento un poco Gandhi, espero que me dure y asi evitar precipitaciones, ansiedades y otras sensaciones de que "todo" y digo "todo" depende de mi. Ni voy a conseguir trabajo si no me atrevo a imaginar. Por eso, hay que ver "Imagine", "Solo los tontos se enamoran", leer "Donde el corazón te lleve", hacer el pino; lo que sea, pero que la mente no gobierne nuestras vidas. Así que para mi cumpleaños el miercoles que viene me pido una nueva, menos mandona, la actual es mi "espina"..

martes, 18 de enero de 2011

Momento Annette Bening

Cuando la elgancia hace su aparición, consigues olvidar esa quimera de Stallone o Bacon queriendo estirar esas pieles que nunca fueron bellas o esa locura de Michelle Pfeiffer que ha perdido la mirada de tigresa en pos de una mirada de gato harto repetida en las alfombras rojas.

Pero entró ella, elegante con sus gafas, sus arrugas que la hacen más bella si cabe y su discurso. Me hizo pensar que llegar a esa edad no es un drama aunque tu compañero de cama no le queden ya muchos inviernos que vivir contigo. Ayer me pareció que ser Annette Bening era como un momento de playa en invierno, en el porche tapada con una manta y con un té contemplando el Pacífico. Ser Annette Bening es decidir que la edad no importa si el amor es inmenso. Como diria Eastwood en "Los puentes de Madison", "this kind of certainty just come once in a life". Ayer como siempre, como cada momento que respiro, sentí que el cine era magia, porque está hecho por gente como ella, bella, elegante y valiente. Quiero tener momentos Annette en mi vida para poder expresar con delicadeza, fortaleza y coherencia lo que quiero al mundo, para poder oler el Pacífico desde ese porche ficticio en Malibú.

Nos os perdais el discurso de agradecimiento, de lo mejor que se escucha en años.

sábado, 8 de enero de 2011

¿Quien es tu chimpancé?


Hace un par de meses asistí a una conferencia de Elsa Punset en la que por primera vez oía hablar de Robert Sapolsky y su libro "Por qué las cebras no tienen úlceras" y como en muchos casos, se quedó en mi listado de "to do´s", porque el tiempo es limitado y la verdad es que apunto demasiados libros que leer, exposiciones que visitar o amigos que reunir... Pero ayer me lo volvió a recordar una amiga a cuento de una historia del libro, que Elsa no contó en la conferencia, pero que me parece tremendamente ilustrativa. Se trata de las reacciones de los humanos ante el estrés y cómo para soportarlo y evitar las úlceras hacemos que otros las tengan como consecuencia de nuestros malos humores. Pues bien, dice Sapolsky que el "culpable" es el chimpancé, nuestro querido ancestro domina y da patadas a los otros de una forma injusta, simplemente por diversión o para tener menos ansiedad él mismo haciendo a los otros que sientan ansiedad.
Por ello os recomiendo
- Bien leer el artículo del otro Punset (el padre) tras las entrevista a Sapolsky, autor del libro.
- O ir directamente a la fuente y comprar el libro de la cebras y sacar tus conclusiones
- O como último recurso, al menos que cuando fustigueis a otro, pues penséis si se lo merece o es solo tu chimpancé.
La mona chita!

miércoles, 5 de enero de 2011

Cierra los ojos

Me comentaba una amiga que en un curso de uno de los ejercicios consistía en taparse los ojos, el monitor los conducía hacia un "hipotético" precipicio y tenían que saltar. Me comentaba ella, persona que yo tengo como confianda, que el miedo la paralizaba. Luego tras saltar comprobaban que no era tan alto, y lo que es mejor... al abrir los ojos veían que era infinitamente bajo. De eso se trataba de confiar, de creer que si el otro te dice que no corres peligro le creas a ciegas.

Es curioso cómo cada ser humano afronta los miedos de maneras tan distinas. A mi la que me da miedo son las emociones no los precipicios, siempre que hago un ejercicio similar en clases de teatro, de cambio, etc, pues mis profesores destacan que me dejo llevar, que corro y salto a ciegas, me haga lo que haga mi acompañante en el ejercicio. A mi me extraña la observación...y siempre respondo que es normal ¿no? mi compañero me va a cuidar como yo lo hice o haré más tarde. Pero otra cosa es confiar en lo intangible, en el futuro, en los sentimientos. Ahi me arrugo. Pero no es algo que solo me pase a mi, he visto en mi entorno los dos tipos muy evidentes. Los que como mi amiga confian en su corazón pero necesitan ver con la razón. Y los que confiamos con la razón y necesitamos reafirmación con el corazón.

Pero en este caso, ¿que ojo deberiamos abrir para comprobar que la vida nos depara lo mejor? ¿cuales son los ojos para la confianza?....
pues los ojos de los amigos
Para mi amiga

domingo, 2 de enero de 2011

Pues algun sitio encontraré

Muchas veces aplazamos cosas y no sabemos por qué lo hacemos. Tiene lógica que nunca te venga bien ir al ginecólogo o al dentista o por ejemplo llevar el coche a revisión. Ninguna situación es agradable o te cuesta un ojo de la cara. Pero ¿por qué los seres humanos aplazamos tanto, a veces incluso hasta fin de año, para decirle a nuestros seres queridos que los amamos, para atrevernos a hacer aquella locura divertida que siempre nos apeteció?.

Los psicólogos dicen que el desamor es la causa de las mayores tristezas del ser humano, es la neurosis. En la noche de fin de año, escapamos de esa posibilidad, somos como niños libres de elegir. La noche de fin de año todos nos besamos, deseamos amor para el año nuevo.. pero ¡ay! llega el dia 2 y todo comienza a volver a su sitio. Te cabreas con el coche que te sobrepasa a toda velocidad, con el que se te cuela en la cola del cine... pues bien en todos esos actos debería haber ese amor que propagamos a los cuatro vientos cuando la Igartiburu nos explica la diferencia entre los cuartos y las campanadas desde la Puerta del Sol.

Yo este año caí en trampa de todos, pedí muchas cosas en el momento campanadas, era gratis ¿no?. Salud, amor, dinero, fin de la crisis, paz en el mundo...pero ahora dos dias después solo pido una coraje. Coraje para afrontar lo que venga y para generar aquello que ni en sueños me atrevo a vivir, y es lo que deseo para todo el mundo. No quiero que me pase como Silvio, ya encontraré un sitio para disfrutar de la nueva gloria y no renegar de lo que llegué a ser cuando estaba sin ella.

¿Donde pongo lo hallado?
En las calles, los libros, las noches, los rostros en que te he buscado
¿Donde pongo lo hallado?
En la tierra, En tu nombre, en la biblia, en el dia que al fin te he encontrado
¿Que le digo a la muerte?
Tantas veces llamada a mi lado que al cabo, se ha vuelto mi hermana
¿Que le digo a la gloria?
Vacia de estar solo haciendome el triste, haciendome el loco
¿Que le digo a los perros?
Que se iban conmigo en noches perdidas de estar sin amigos
¿Que le digo a la luna?
Que crei compañera de noches y noches sin ser verdadera
¿Que hago ahora contigo?
Las palomas que van a dormir a los parques ya no hablan conmigo
¿Que hago ahora contigo?
Ahora que eres las lunas, los perros, las noches, todos los abrigos...


viernes, 17 de diciembre de 2010

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Ser o no ser = Bardem


"En eso consiste mi trabajo, en ser, antes que en ser actor" estas palabras las dijo Javier Bardem en la rueda de prensa de la presentación de "Biutiful" en Cannes.


El cine, el teatro o cualquier otra actividad artistica conmueve como diria Oscar Wilde cuando el artista desaparece y emerge la obra. Y Bardem tiene la genialidad de hacerlo cuando se le antoja, de arriba a abajo, adelante atrás... consigue crear personajes humanos, creibles con la varita mágica de quitarle cosas. Decía Michael Caine que lo fácil es llorar en una escena, lo difícil es crear el sentimiento de querer llorar y contener la emoción y que eso se transmita. Pues bien, en la película de Iñárritu se puede ver a un Bardem contenido, minimalista, donde sólo su mirada muestra el volcán interior por el que pasa. En una época en que estamos acostumbrados a que los histronismos, gritos desgarrados y desmesura nos conduzcan al desasosiego, actuaciones como las Bardem hacen que el dolor te cale los huesos como el mejor frio norteño, no te lo quitas fácilmente. Si bien la película decepciona y se tambalea entre el drama y el gustarse; sólo por la actuacion de Javier merece la pena ir a verla. A pesar de ser una historia muy trascendental, tanto adorno a veces camufla. Sobra ese realismo mágico con los muertos flotando en el techo, son mucho más poéticas las mariposas del techo, pero el director debió pensar que no lo entenderíamos.
Resulta contradictorio que Iñárritu, maestro de cambios de ritmos y elipsis, en esta pelicula nos muestre tanto a veces y tan poco como es el caso de la actuación de Javier Bardem. En Javier se contiene todo lo que se desborda o sobra en otras escenas. Bueno en él y en Eduard Fernández, Rubén Ochadiano, Maricel Alvarez y en los niños. Pero si tienes que encontrar una razón para ir a ver la película te diré que las escenas de la discoteca y el abrazo a su hija en el baño no son de un actor, son de un ser en estado puro desnudo y solo frente a la vida y la muerte como Hamlet, y esto no se ve todos los días.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Se lo que quiero, no lo que necesito


RSS, wikis, podcats, fuentes, canales, second life, microblogging, widgets.... así ando aprendiendo a marchas forzadas... y es que me pilla el toro... Llevo dos semanas en que siempre encuentro una excusa para aplazar mi "entrenamiento personalizado" en web 2.0 y redes sociales. Cuando no es que tengo que cortarle las uñas al gato, es que tengo que regar las fuentes del parque. El caso es que hoy por fin me puse a ello, mi idea era prepararme un módulo tipo IKEA. Es decir, yo buscaba el producto con google (mi mejor amigo), yo misma valoraba si eso cabria en mi cabeza (piso) o si haría juego en mi curriculum (sofá), por último tenia que encontrar el dichoso link (pasillo 12) que me llevase al site que me interesaba (Art 301.986) y bajarmelo al escritorio (meterlo en el coche).

Total, que lo que empezó por aprendizaje marketing relacional 2.0 ha terminado con programador de java, SQL y otros rollos (con perdón) para mí. Creo que me equivoqué de pasillo, pero "dont´panic", puedo borrar y empezar de nuevo, definitivamente es más fácil que montar una mesa de despacho de IKEA.

domingo, 21 de noviembre de 2010

La manera en que coges el cuchillo

Que no se asuste el personal que no anda un maníaco persiguiendome por el pasillo y en un ataque de poco pragmatismo por mi parte me pongo entre medias a escribir esta entrada. Esto hubiese sido digno de tv-movie de antena3, domingo lluvioso, ¿verdad?.

El tema va para variar de amor y de lo que nos hace que alguien sea inolvidable. Porque a fin de cuentas, ni la cuenta corriente, ni las curvas, ni que le guste Wilder como a tí hace que ames a alguien. Cuando alguien se muere y salvados los momentos inciales de exaltación de la bondad del difunto; pues si se produce un momento de intimidad con aquellos que más lo quieren, surgen aquellas cosas por las que amamos a los otros. Quizás el ejemplo elegido ha sido un poco fúnebre, no era mi propósito, pero como anda una saliendo a troche y moche no quiero que nadie se de por aludido, porque si he ser sincera... hace siglos que no veo a nadie de quien me guste la forma en que coge el cuchillo, la forma en cómo sorbe la sopa o la forma de ponerse el sombrero. Asi escrito suena a que mis gustos masculinos sean hombres ordinarios y con atuendo demodé, tranqui, es lo que escribió George Gershwin en su fantástica canción.

Os dejo con la voz de Stacey, hoy al escucharla recordé las cosas hermosas y sencillas que nos gustan de los otros.