domingo, 21 de noviembre de 2010

La manera en que coges el cuchillo

Que no se asuste el personal que no anda un maníaco persiguiendome por el pasillo y en un ataque de poco pragmatismo por mi parte me pongo entre medias a escribir esta entrada. Esto hubiese sido digno de tv-movie de antena3, domingo lluvioso, ¿verdad?.

El tema va para variar de amor y de lo que nos hace que alguien sea inolvidable. Porque a fin de cuentas, ni la cuenta corriente, ni las curvas, ni que le guste Wilder como a tí hace que ames a alguien. Cuando alguien se muere y salvados los momentos inciales de exaltación de la bondad del difunto; pues si se produce un momento de intimidad con aquellos que más lo quieren, surgen aquellas cosas por las que amamos a los otros. Quizás el ejemplo elegido ha sido un poco fúnebre, no era mi propósito, pero como anda una saliendo a troche y moche no quiero que nadie se de por aludido, porque si he ser sincera... hace siglos que no veo a nadie de quien me guste la forma en que coge el cuchillo, la forma en cómo sorbe la sopa o la forma de ponerse el sombrero. Asi escrito suena a que mis gustos masculinos sean hombres ordinarios y con atuendo demodé, tranqui, es lo que escribió George Gershwin en su fantástica canción.

Os dejo con la voz de Stacey, hoy al escucharla recordé las cosas hermosas y sencillas que nos gustan de los otros.

No hay comentarios: