...sólo nos queda el llanto y el silencio. Acabo de ver la película "Hotel Rwanda", por circunstancias que se me escapan no pude hacerlo en su momento, pero El País o El Mundo, no recuerdo cúal la regalaba hoy y ha sido como un precioso regalo de consciencia, de cine y de humanidad. Cuando ves este tipo de películas en tiempos en los que por desgracia siguen ocurriendo tales atrocidades, no puedes por menos que sentirte impotente ante la maldad humana en un primer instante. Pero cuando ya salen los titulos de crédito y no paras de llorar y lamentar lo que has visto, quizás te asalte como a mí la sensación de que hay algo que debería estar haciendo y no hago. Seguro que es más cómodo decir que este mundo es un asco desde un blog que se escribe en una casa con agua, con comida, segura... Creo que que los que sufren el asco que provoca este mundo, quienes viven sus miserias en primera persona no se quejan ni lloran como yo... ellos, ellas ACTÚAN como ese bendito Paul Rusesabagina que con su valor y generosidad supo y pudo negociar lo que debería ser innegociable, la vida. Estas personas hacen grande al ser humano, estas personas son las que me hacen llorar de alegría.
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