No sé quien fue el genio, pero esta frase publicitaria ha hecho más por la liberación de la mujer y su autoestima que ninguna anterior. Es el cebo perfecto para que compremos y consumamos productos de una firma francesa, pero si lo aplicas a otras circunstancias y "desestructuras" (palabreja puesta de moda por Adriá profusamente ultizada) pues ves que hay cosas en la vida que no hacemos, no porque no podamos si no porque no nos sentimos merecedores de la felicidad que nos pueden generar. No se trata de masoquismo si no de algo menos doloroso pero más profundo. Todo viene de la moral judeo cristiana que nos inculcó la culpa; todo lo que era el hedonismo y disfrute se convirtió en pecado, entonces a ver quién era el guapo que se atrevía a tirar por tierra un tradicción de siglos.
Parece como si tuvieramos que pagar un peaje por ser felicides, es más por intentar serlo. Y dentro de este intento humano por desprenderse de la rémoras que lo impiden, ahí las mujeres en primera fila. Si el hombre por la culpa no se atrevía a disfrutar, la mujer ni lo intentaba hasta que él lo hiciese antes. Esto pasaba por el control de su economía, su sexo, su vida en difinitiva. Pero como suele pasar en otras circunstancias, por donde más presión se ejerce es por donde más posibilidad hay de romper o de cambiar, y eso es lo que han hecho miles de mujeres la mitad del siglo pasado y lo que va de este. Por eso cuando te asalte al duda de si debo hacer esto, si me merezco lo otro... acuérdate de LOreal y su slogan, lo pongo en inglés porque no es lo mismo "porque tú lo vales" que "porque tú te lo mereces", en mi opinion lo valgas o no siempre siempre "te lo mereces". Carpe diem K.
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